Cripta de la Colònia Güell
La construcción de la Colònia Industrial Güell se inició en 1890 por iniciativa del empresario Eusebi Güell, en su finca de Can Soler de la Torre en el municipio de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona).
Con el deseo de aportar mejoras sociales a sus trabajadores, Güell encargó la construcción de unas instalaciones a varios arquitectos y encargó a Gaudí la construcción de la iglesia. Güell no puso límites ni al presupuesto ni al tipo de estructura a construir y para Gaudí este proyecto se convirtió en un banco de pruebas para la construcción de la Sagrada Familia. Sin embargo, la obra quedó inconclusa y solo se terminó la nave inferior, razón por la cual la iglesia se llama comúnmente la cripta.
Un tipo diferente de colonia industrial
Las colonias industriales o pueblos molinos fueron dotados de las últimas tecnologías industriales a finales del siglo XIX, ofreciendo empleo y vivienda a los trabajadores. Lo único que se exigía a cambio era la lealtad a la empresa, que a pesar de todo impuso unas condiciones laborales muy exigentes.
Eusebi Güell adoptó el modelo de colonia industrial vigente en Cataluña en ese momento, al tiempo que dotó a la Colònia Industrial Güell de todas las instalaciones escolares, sociales y religiosas necesarias. Encargó los proyectos y la dirección de las obras a los mejores arquitectos modernistas.
Un banco de pruebas
En 1889, con la industria textil a todo trapo, Güell encargó a Gaudí la construcción de la iglesia que daría al pueblo desde una pequeña colina en el límite de la propiedad. El arquitecto aprovechó este proyecto para probar formas y soluciones constructivas con el fin de aplicarlas a mayor escala en la iglesia de la Sagrada Familia, donde el arquitecto ya trabajaba desde hacía casi 15 años.
En los estudios preliminares del proyecto, Gaudí contó con la ayuda como siempre de su fiel ayudante Francesc Berenguer, que trabajó con el gran arquitecto hasta su muerte en 1924. En este proyecto también trabajaron los arquitectos Joan Rubió y Josep Canaleta, al igual que el ingeniero Eduardo Goetz, cuyos cálculos de la estructura fueron especialmente importantes.
Modelo de escala inicial
Las aportaciones del maquetista Joan Beltran y del carpintero Joan Munné fueron decisivas para la construcción de las distintas maquetas necesarias para el proyecto. Esto fue especialmente cierto en el caso de la gran maqueta polifunicular, que fue un instrumento de proyección arquitectónico completamente innovador inventado por Antoni Gaudí.
Este ingenioso modelo fue realizado con telas, cuerdas y pequeñas pesas que permitieron determinar las formas arquitectónicas en base al comportamiento estático del edificio que se iba a levantar. La maqueta se guardó en un galpón junto a la obra, donde también se encontraba el estudio de Gaudí.
Un edificio sin terminar
La primera piedra de la iglesia se colocó el 4 de octubre de 1908. Las obras permanecieron bajo la dirección de Gaudí hasta el 3 de octubre de 1914, cuando la familia Güell decidió detener la construcción de la iglesia por motivos que desconocemos.
Al suspender las obras, ya se había completado el sótano, que incluía la capilla inferior conocida como «la cripta» y el pórtico contiguo, sobre el que se iba a construir la escalera de entrada a la iglesia. La nave principal, que iba a ser coronada por varias torres, incluida una torre de linterna abovedada en el centro, estaba destinada a construirse en el nivel superior, pero finalmente solo se levantaron los postes y dinteles del pórtico.
Una vez que Gaudí dejó el proyecto, se construyó una cubierta, con cierto aire de provisionalidad, y un campanario para poder abrir la iglesia al culto. La consagración de la iglesia tuvo lugar el 3 de noviembre de 1915 y las obras continuaron hasta 1917.
Tras la Guerra Civil, la fábrica cambió de propietario y en 1973 cerró. Con el paso del tiempo, se realizaron varias intervenciones en los altares, muros y alrededores de la iglesia. En 1990 toda la Colònia Industrial Güell fue catalogada como Bien de Interés Cultural-Conjunto Histórico, y posteriormente se iniciaron las obras de restauración. La última restauración importante se llevó a cabo en 2002.
De la iglesia a la cripta
En el momento en que se paralizaron las obras de la iglesia, Gaudí solo había podido construir la capilla inferior, por lo que popularmente se la conoce como la cripta de la Colònia Industrial Güell, aunque esto no es, propiamente dicho, lo que es.
Unos dibujos sin firmar, pero razonablemente atribuibles a Gaudí, y las fotografías de la maqueta polifunicular, nos dan una idea de cómo habría sido posiblemente el aspecto final del proyecto. Sin embargo, no podemos ser categóricos al respecto, porque es bien sabido que Gaudí improvisaba constantemente y los resultados finales de su trabajo eran difícilmente predecibles.
Calidad arquitectónica extraordinaria
Es interesante señalar la variedad y procedencia diversa de los múltiples materiales utilizados una y otra vez por Gaudí en esta primera fase de la iglesia. Piedras basálticas y calcáreas, diferentes tipos de ladrillos, escorias de hierro fundido, cerámica, hierro forjado y vidrio combinan sus texturas y colores para brindar una brillante integración del edificio en su entorno.
Tanto el espacio interior como el exterior de la cripta son de extraordinaria calidad arquitectónica. Gaudí nos ofrece así un manifiesto arquitectónico póstumo que expresa de manera humilde y conmovedora la sublime e indivisible armonía entre la arquitectura y las artes aplicadas. Se trata de un espacio único donde se crea con maestría la atmósfera de paz propia de un lugar sagrado, formando una estructura de indiscutible autenticidad y una de las mejores obras de Antoni Gaudí.
Colònia Güell