Te invitamos a descubrir Igualada, Tierra de Maestros

Descubrir Igualada, Tierra de Maestros

Descubrir Igualada es fácil.  Sentir un lugar que se puede volar, oler y escuchar.  Igualada, tierra de maestros que hacen con la piel obras de arte, un espacio de curtidores.

Artistas que han convertido su trabajo en columna vertebral de la economía de este lugar.

Para encontrar una muestra de esto basta con pasear por el barrio curtidor donde se convierte al visitante en testigo de la mágica alquimia de estos artesanos, capaces de transformar algo muerto en vivas obras de arte.

Igualada, está bien comunicada con Barcelona y es mucho más que un gran ‘outlet’ urbano.  Su tradición textil y de curtidos está bien presente en edificios y calles.

Una de las mejores ocasiones para disfrutar de Igualada es durante el European Balloon Festival, un evento que llena el cielo de la ciudad de globo a lo largo de cuatro días.

No obstante, fuera de estas fechas, la ciudad también está llena de atractivos que se pueden descubrir en un fin de semana.

Un paseo por Igualada

Junto a la estación de tren y autobús, está el paseo de Verdaguer, tiene un kilómetro y medio y lo flanquean plataneros y algunas casas de estilo modernista.

Casi al final del paseo está la calle Sant Magí, que nos lleva a la plaza de Cal Font, donde se puede está la Biblioteca Central, que ocupa el edificio de una antigua fábrica textil.

Esta plaza, es uno de los puntos de encuentro preferidos de igualadins, también se alza el Teatro de la Aurora.

Pasado el parque de la Estación Vieja se concentran gran número de tiendas interesantes.  En la calle Milà i Fontanals se encuentra el Llar del Sant Crist.

De líneas entre modernistas y eclécticas, este singular edificio, hoy residencia geriátrica, fue proyectado por Joan Rubió, discípulo de Antoni Gaudí.

En la plaza del Ayuntamiento además del edificio neoclásico del Ayuntamiento, también destacan los porches y algunos edificios como Casa Roure, con su curioso esgrafiado de la fachada.

Para la travesía de San Roque, un callejón porticado de origen medieval, llegamos a la plaza de San Miguel donde está el Consell Comarcal de l’Anoia, en la antigua casa de los Padró-Collados, de arquitectura popular.

Además, en la calle Santa María, veremos la entrada de la iglesia de Santa María.  Este templo del siglo XVII, perteneciente al Renacimiento catalán, contiene un destacado retablo barroco en el altar mayor, con la figura de santa María.

Seguimos hasta la plaza de Pío XII, donde según la tradición nació Igualada alrededor del año 1000 y desde donde vemos Cal Barrab, otra buena muestra modernista.

En la plaza del Dr. Joan Mercader se encuentra el Museo de la Piel de Igualada y Comarcal de Anoia, que ocupa el edificio rehabilitado de Cal Boyer, una antigua fábrica textil algodonera de finales del siglo XIX.

Pasada la puerta de entrada del museo, en la primera calle a mano izquierda, se puede ver un riego. Esta acequia, documentada ya en el siglo XIII, recoge el agua del río Anoia por medio de una esclusa y originariamente hacía funcionar molinos de harina.

En el siglo XVIII, los curtidores de Igualada se instalaron a lo largo de este riego. Siguiendo este riego se llega a Cal Granotes, una antigua curtiduría restaurada donde se explica el antiguo sistema preindustrial de las pieles.

Antes de irse, con el coche podemos acercarnos al Cementeri Nou, ya en las afueras de la ciudad, una muestra de la mejor arquitectura catalana contemporánea, proyectado por el reconocido arquitecto Enric Miralles y Carme Pinós.